Esta semana ha causado bastante sorpresa, estupor la noticia sobre la momia encontrada casualmente por unos montañeros en el pico Orizaba, el tercer más alto de América, a más de 5000 metros. La foto ya ha dado la vuelta al mundo y ustedes la habrán podido ver.
Leo en la prensa que eran dos montañeros abrazados que hace más de medio siglo murieron por una avalancha curiosamente el Día de Muertos. Como es de caprichoso el destino... Pero fuera de la historia casi novelesca de estas momias y del hallazgo, ahora la polémica por otro lado.
Que si la foto se extrajo del grupo de los montañeros en Facebook que no querían revelar el hallazgo para evitar que curiosos accedieran con dificultades al lugar como digo a más de 5000 metros. Y el gobierno que el rescate es costoso, que la gente no tenga la peregrina idea de subir para verlas en persona. No. Aquí el humor es como ese catalizador de una sociedad compungida de la putrefacción de otras momias... de esas que se sientan en los sillones de poder, y no han tardado en sacar fotomontajes y bromas al respecto.
México, un país donde la muerte se vive tan al día a día. No sé a quién podría sorprender una momia de hace 50 años en una montaña nevada... si hay en las calles todos los días cientos de cuerpos de los que no se habla en los medios. Así es la realidad. Anécdota o no, que salga a relucir una momia en lo más alto de este país, es un claro ejemplo de lo que sucede en Los Pinos... No hay respuesta al gran problema de violencia del narco, al narco-gobierno que cada día harta más a tantos mexicanos que han salido estos meses a la calle. Y ahora... justo ahora (año electoral) sale a relucir una momia que falleció por una avalancha de nieve. Avalancha en las calles gritando ¡Ya me cansé!
Cuanto menos me parece poético y una reflexión que podríamos hacer más allá de la nota de programa de misterio y esoterismo... Ojalá esto cambie. Me duele México...
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