Recientemente me han invitado a visitar un hotel de lujo en Acapulco para hablar de las bondades de este establecimiento hotelero y comprobar por mi misma el buen ambiente que hay en este destino turístico. ¿Arriesgado? Nunca dudé de la seguridad de la cita porque se trata de una cadena hotelera de reconocido prestigio y por supuesto, cuenta con suficientes medios para que no ocurran acontecimientos como el recientemente acaecido a un grupo de españolas en este mismo destino.
Ahora todos se echan las manos a la cabeza y se lamenta de "lo feo" que está Acapulco, lo inseguro que es y una larga lista de lamentos y otras excusas para no visitar esta playa de Guerrero. Pero me parece una absoluta hipocresía que los mismos que justo ahora dicen eso, hace un mes se iban cada fin de semana a pasear y broncear a Acapulco sin pudor alguno. Y bajo mi punto de vista, estaba igual "de feo" que ahora.
No es una situación puntual, es un problema latente sólo que el foco que ponemos los medios de comunicación se exagera cuando se trata de la comunidad extranjera (por triste que suene) y se minimiza cuando son lugareños los que padecen estos delitos u otros propios del narcotráfico que se ha instalado en el estado de Guerrero. La solución obviamente no es poner más seguridad privada o hacer más controles en estas últimas semanas, sino atacar al problema de raíz, ahogar a estar organizaciones hasta que desaparezcan. No tengo yo la varita mágica ni la clave de cómo hacerlo, pero entre el nutrido grupo de asesores del señor presidente Enrique Peña Nieto, sí habrá quién sepa cómo solventarlo porque conoce los nombres y apellidos de los responsables de esta inseguridad en el estado de Guerrero.
Fuente: LaVanguardia |
Bueno, no me quiero desviar del tema. Volviendo a Acapulco. En los próximos días tendrá lugar una de las citas deportivas más esperadas en este país: el abierto mexicano de tenis de Acapulco que computa en el campeonato mundial. Cumple su vigésimo aniversario y como invitado estrella al torneo se encuentra Rafael Nadal. Bien, pues para esta notable ocasión a nadie le parece peligroso ni feo visitar Acapulco, ya está todo vendido para todos los días de la competición. La ocupación hotelera roza el lleno absoluto y la ciudad ebullirá de gente por todos los restaurantes, discotecas y paseos sin temor a sufrir un ataque sobre su persona. ¿No es un tanto hipócrita afirmar una cosa por un lado pero por otro acudir en masa a esta cita deportiva en la que en las últimas semanas se ha tachado de la ciudad más peligrosa del mundo?
Ayer leí una noticia parecida al caso de las españolas en Acapulco pero esta vez se trataba de una italiana violada por agentes federales en Playa del Carmen. (Lamentable, por supuesto) ¿Vamos a dejar de ir también a Rivera Maya? Creo que más bien debemos exigir al gobierno de este país y de estos estados, que cumplan con su deber y no se dejen manipular por estar organizaciones delictivas relacionadas con el narco para que miren para otro lado tan amenudo hasta que salta un caso como éstos en la prensa.
Yo pienso disfrutar de mis próximas visitas a Acapulco y a Playa del Carmen como hasta ahora.