lunes, 9 de julio de 2012

¿Quién es 132?

Lo que está ocurriendo estas semanas en México no deja de sorprender a toda la sociedad, incluso fuera de las fronteras aunque desde algunos medios se les toma con más o menos seriedad. El movimiento “yo soy 132” o lo que en España llamaríamos los indignados mexicanos. Se trata de un creciente grupo de jóvenes y no tan jóvenes, que claman contra la clase política, sobre todo contra el que legalmente es el ganador de las pasadas elecciones y futuro presidente de México, Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Independiente.
Este movimiento estudiantil nació ya durante la campaña electoral cuando Peña Nieto ofrecía un meeting en una universidad privada. La situación degeneró en una violenta revuelta contra el que tuvo que salir escoltado. Días después los medios de comunicación afines afirmaron que se trataban de agitadores de masas profesionales y no unos simples estudiantes. Por ello, en las redes sociales cada uno de los participantes de este “motín” se presentaron con nombres y apellidos, hasta que el joven que era el número 132 se presentó como tal y de ahí les quedó el nombre.
El caso es que ahora son más de 132. El pasado sábado estaban convocados a una marcha por el Paseo de la Reforma y verdaderamente era un río humano. ¿pero por qué se han multiplicado los manifestantes tras las elecciones? La sospecha de compra de votos y fraude por el principal líder de la oposición, representante de los partidos de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador; ha motivado más al pueblo mexicano para echarse a la calle y clamar por un conteo más justo de votos y en sí mismo porque el sistema en general cambie.
Facebook
En las redes sociales han circulado imágenes como ésta. Unas supuestas tarjetas monedero para comprar en supermercados que han sido regaladas a cambio del voto, según se afirma. El escándalo está servido, muchos dicen que esta vez es más obvio que en los pasados comicios cuando López Obrador se echó a la calle para reclamar la presidencia, ya que afirmó, se perdió una saca de votos en algún estado, curiosamente, estados más afectados por la pobreza. Esa situación desafortunadamente es algo que se repite y en España lo conocemos como caciquismo.
¿Fraude? Según me parece a mí el fraude está también en el propio proceso electoral. No hay nada más que ver esta imagen para que se defina por sí mismo lo riguroso y serio del proceso de elecciones en México. Esto es habitualmente una cochera, se convierte en casilla electoral y con unas medidas de seguridad y control que dictan mucho de lo deseable. Además, los responsables de mesa son voluntarios que tienen poca formación o se despistan a menudo tal y como me comentaba un amigo. A él le dieron duplicada la papeleta de diputado. Pequeños errores que suman y suman.
Como suma el hecho de dejar fuera de las elecciones a esas familias que sufren el drama de la violencia del narco de cerca. Así nos lo cuenta la periodista española, Judith Torrea en su blog(Juárez en la sombra). Gente con nombre y apellidos que por huir de la muerte perdió su credencial y han quedado excluidos de unas elecciones vitales para este país. Han acallado su voz cuando son ellos los que más deben gritar en toda esa turba del 132.
Si sirva de algo o no, no lo sé, pero sí creo que es muy digno y necesario que tomen las calles para pedir un presidente de México digno. Un país que necesita muchos cambios para salir de la agonía de la violencia y la pobreza. Algo de lo que se olvidan unos candidatos y otros en el preciso momento en el que ponen un pie en el palacio presidencial de Los Pinos. Si no… que se lo digan a Felipe Calderón y a todos los afectados por la consecuencia de su política…
Por eso creo, que en realidad todos debemos ser 132.

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