lunes, 20 de agosto de 2012

Vuelve el arte contemporáneo a la Ciudad de México, reabre el Museo Tamayo


Sala Educativa y Modulario
Este próximo domingo reabre sus puertas tras la ampliación que le ha llevado un año, el Museo Rufino Tamayo. Un espacio consagrado al arte contemporáneo y que considero muy necesario en una ciudad cosmopolita como México DF. Debe ser un espacio abierto y que interactúe con el espectador y en este sentido hay que reseñar los esfuerzos por integrar a los más pequeños a través de los talleres que se han llevado a cabo en verano y que continuarán. Así como la sublime forma de combinar el arte con el jazz en un espacio genuino como el bosque de Chapultepec. Este propósito ha logrado que el nuevo museo Tamayo disponga de una amplia sala para acoger estos talleres escolares así como el llamado Modulario, que es una sala educativa donde el visitante puede consultar bibliografía, información sobre los procesos curativos de las exposiciones y otras actividades que van a enriquecer el museo.

Boing, boing squirt
El arte contemporáneo no es impersonal, de hecho requiere de una interpretación muy personal, la que cada uno de nosotros puede hacer de un mismo espacio expositivo. Ese juego lo pondremos en práctica en El mañana ya estuvo aquí, un retrato de ciencia ficción y modernidad, en Nueva Matemática de Michael Stevenson donde nos enfrentaremos a unas puertas que se atrancan como símbolo de que el diablo anda por allí cerca o en Boing, boing squirt, de Ryan Gander y su particular visión de una jaula de leones. También es divertido el juego de Primer Acto, que ya desde la entrada nos contabiliza como visitante y nos sirve una reluciente alfombra roja para atravesar la cortina roja del espectáculo que es el arte. En este recorrido por el primer acto no falta ni siquiera la cantina donde surge la crítica y el comentario. Para el domingo nos han dejado el estreno de El día del ojo de Pierre Huyghe, que abrirá una laguna con piedras volcánicas y peces ciegos en medio del patio central del museo, tal cual nos encontráramos en un cenote, a un paso del inframundo.
El Chico de la viola, Tamayo
Pero sin duda el plato fuerte de la reinaguración del Tamayo es precisamente la colección de este artista oaxaqueño, que incluye 7 obras inéditas al público. Hasta poco antes de su muerte, con 91 años podremos contemplar al final de estos Trayectos por las diferentes facetas de Tamayo, un cuadro donde sigue experimentando el color: El chico de la viola. O un autorretrato idealizado del artista donde nos ofrece los frutos de su trayectoria como pintor. Es interesante ver los retratos que realiza a Olga Tamayo, su mujer, en diferentes épocas de su vida y con diferentes prismas artísticos. Las célebres sandías retratadas por Rufino Tamayo nos dan la bienvenida a una experiencia dominical que nos abrirá el apetito y las ganas de conocer más.

Ojalá el programa del museoTamayo se amplíe durante el año y nos traiga a los grandes representantes del arte contemporáneo actual, la Ciudad de México se lo agradecerá mucho a la Fundación así como los miles y miles de aficionados que ya esperábamos deseosos esta reapertura para tener un punto de encuentro cultural fundamental en esta cosmos.


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