miércoles, 26 de febrero de 2014

Adiós Paco. Te vas, pero se queda tu duende

Getty Images
Hoy, miércoles 26 de febrero se ha ido un genio, el maestro de la guitarra flamenca Paco de Lucía. Hace sólo unos meses tuve el orgullo de asistir a su concierto en la Ciudad de México y dedicarle unas palabras desde la tribuna que me ofrecía la revista Gentleman... quién me lo iba a decir...que ése artículo haya quedado ya como homenaje al "Genio que no descansa"... como se me ocurrió titularlo.

Ciertamente, siempre tenemos el deseo de que un personaje tan destacado del mundo de la cultura, que tantas buenas horas de creación y disfrute nos ha dado a los aficionados al flamenco (y a la buena música), no nos deje nunca. Y no lo hace. Como decía en mi artículo "lo que Paco ama verdaderamente, después de sentarse a fluir con su guitarra, es la vida tranquila en Playa del Carmen, donde residía desde hace más de una década" Y así se va, en el mejor momento, en paz... jugando en esa playa con su nieto, sin más dramatismo que una muerte tan placentera y tranquila. 
Desde ahora presten atención en los días de viento, porque seguro que nos llegan los acordes de su inseparable guitarra desde allí arriba, desde el olimpo de los flamencos (quizás hasta oigamos incluso un quejío de su amigo Camarón, que lo recibirá con compás de palmas, estoy segura). 

Revista Gentleman. Octubre 2013
Decía en ese texto que "los grandes guitarristas flamencos no se prodigan en público y su verbo no es precisamente la palabra, sino las seis cuerdas de su guitarra con la que expresan sentimientos sublimes. Sus dedos nos han contando historias con avidez a través de acordes, aunque a Paco los años le han enseñado también a darle su tiempo a la música y valorar esos silencios entre notas imposibles". Para siempre van a perdurar esos punteos de los que hablaba, de la rumba alegre y divertida "Entre dos aguas", de "La barrosa" o ese gran disco "Recuerdos de la Alhambra" o "Ziryab" o su "Concierto de Aranjuez" o tantas y tantas colaboraciones con otros músicos y artistas de diversos estilos musicales... porque el flamenco no tiene fronteras. Como a él le gustaba decir... "cositas buenas". 

No sé cómo puedo dedicarle mejores palabras que las vertidas en esa página papel cuché, porque de él ya se ha dicho todo y más que se va a decir ahora tras su pérdida. Habrá muchos otros buenos guitarristas flamencos, hijos, aprendices de este genio, pero hoy Paco nos deja huérfanos de flamenco. Decía, despidiendo esas cariñosas y humildes palabras a Paco de Lucía, que "los genios de la lámpara como él, de vez en cuando salen a cumplir los deseos de lo mundano", a ponerse delante de un público entregado como percibí ese 12 de octubre en el Auditorio Nacional  de México y como sucedió en cada escenario que pisó en esta última gira, que así ha sido, su despedida por la puerta grande.

Aplauso ensordecedor para el maestro, silencio en el corazón del flamenco. Adiós Paco. Hasta pronto maestro. Tú te vas, pero se queda tu duende...



martes, 18 de febrero de 2014

3, 2, 1... ¡dentro!

Echas el último vistazo al papel donde tienes unas ideas garabateadas... subes la mirada cuando comienza la cuenta atrás. Cinco, cuatro, tres, dos.... (silencio, tomas aire) ¡¡dentro!!

- Muy buenas tardes, bienvenidos al programa de hoy en el que hablaremos..... -  una voz surge de adentro y en ese momento te transformas, dejas de ser tú, la cordobesa con acento marcado para ser otra persona, la comunicadora. Sientes la adrenalina, el corazón entusiasmado saltando dentro de ti casi retumba en el micrófono de corbata, mientras miras hacia ese piloto en rojo encima de la cámara. 

No sabría cómo explicar lo que es una pasión y no sólo un trabajo, la vocación de transmitir, informar, ponerse delante de una cámara y contar las cosas a alguien que está al otro lado, quién bien podría ser mi abuela. Es algo que se lleva en la sangre o no se lleva, lo amas o lo detestas. Esa vocación que te impulsa a seguir pese a todo (que no es poco) y a empezar con ilusión este 2014 haciendo algo que tanto te llena. Quizás es preludio de que será un año apasionante y año de buena cosecha.

Sin duda, sentarse frente a una página en blanco es el más noble ejercicio de comunicación, aunque más solitario. Escribir es un sueño desde que me acerqué por primera vez a una biblioteca, a un libro, y después vino otro, y otro, y otro... más letras, más literatura, y por ende, mucho más periodismo. Siempre ha sido para mi una necesidad, más que un ejercicio lúdico y de esparcimiento. Trasladar pensamientos, tu imaginación al papel y cada vez tratar de hacerlo - con humildad- con más corrección, es lo que cada día me mantiene viva y ávida de seguir creciendo como periodista y escritora novel. Un reto pendiente es precisamente ése: tener la capacidad de enfrentar más de una centena de páginas que conformen ese primer libro (llámalo novela-librodeviajes-cuentochino) tan deseado desde la adolescencia. 

No son pocos los propósitos de año nuevo aquí vertidos. Aunque sinceramente no sé si tendré las fuerzas y la suerte de poder cumplirlos todos. Por ahora, como digo, juzguen ustedes mismos. Ahí están las páginas papel cuché en las que tengo la suerte de charlar serenamente con interesantes personajes de todos los ámbitos de la cultura, y ahí están los minutos arañados en un mini-oasis televisivo... seguir ahí es el reto. 

Aunque más grande es el reto de tener bien entrenada la pluma para saltar de la noticia a la ficción, de la realidad a la imaginación que escondo en un recóndito rincón de mi mente y que quizás por verguenza me da miedo sacar por ahora. ¿Seré capaz? ¿Será buena? ¿Merece ir a la papelera? 

Por el momento, os agradezco a muchos de vosotros las palabras de aliento, esas palabras que quizás en un futuro no muy lejano las acabe plasmando en un papel negro sobre blanco y se conviertan en historias de mi gran historia, de una novela firmada por esta humilde servidora.

¡Vamos pa´dentro con este nuevo año! Ya ha comenzado la cuenta atrás...