miércoles, 25 de febrero de 2015

"Kingsman", una de espías con chispa

¿Cuántas pelis de espías hay con tipos elegantes de traje que no despeinan por mucho que peleen contra los malos y tenga que dar doble voltereta en el aire para salvar a la humanidad? ¡¡Muchas!! Algunas ya han llegado a los límites de la física y la gravedad. Sin embargo, en "Kingsman: el servicio secreto" encontramos el clásico género de espías con un ingrediente nuevo, juvenil... más sentido del humor y un juego que incluye al espectador en el que sabemos que la ficción es ficción y Einstein no se tiraría de los pelos al ver esos saltos imposibles. Basado en el exitoso cómic y dirigida por Mathew Vaughn (X-Men, Kick Ass...)

Cortesía: FOX    
Además en Kingsman tenemos el tradicional cuento del patito feo o de la Cenicienta si lo prefieren... con algunas distancias, claro. Esta secreta organización clandestina ocultos tras una elegante sastrería inglesa adoptan a un joven callejero de malos modales para ser el futuro miembro de la agencia. Un joven de 17 años de la generación "ni-ni" -que ni estudia ni trabaja y de familia desestructurada- (Taron Egerton) se convertirá en el nuevo salvador de la humanidad bajo la tutela de Colin Firth, que luchará contra un villano muy "hiphopero" y de divertido acento interpretado por Samuel L. Jackson.

Como digo película bastante juvenil y sin pretensiones más allá de divertirnos.  No faltan los efectos especiales que en más de una ocasión nos hará carcajearnos de la tragedia recordando a alguna escena de pelis de género como Kill Bill vol.I. Merece la pena ver este film por oír los pinceladas de humor inglés que el director ha introducido en el guión, la elegancia a ratos de los oxford a cuadros y con sabor a pelea callejera otros, así como la sorprendente interpretación del veterano L. Jackson

Creo que no defraudará pero, por favor, mejor en versión original subtitulada. Os dejo un avance.






miércoles, 11 de febrero de 2015

Carmen Reviriego: El arte de escribir sobre arte sin ser pedante


Muchas veces pensamos en una definición de arte y pocas encontramos una tan buena como la que nos da la enamorada y experta en arte Carmen Reviriego, “El arte es algo que te conmueve, que te emociona, que te lleva a lo más profundo de ti, ahí donde están guardados los sentimientos más profundos de cada uno y se produce esa comunión con el artista”. De emociones y sentimientos sabemos todos los seres humanos al enfrentarnos a observar una obra, pero del intrincado mundo del coleccionismo, las subastas, las ferias, galerías no tanto… para eso Carmen ha escrito este ensayo llamado El Laberinto del Arte (Paidós, 2015), donde para cualquier iniciado o curioso queda muy bien plasmada esa comunión entre placer o dinero, entre lo sagrado o lo profano.

-       ¿Cómo es de difícil reunir en un libro personajes y nombres propios como los que tiene este Laberinto del Arte?
Muchas de estas personas están en la lista de los 20 top del mundo del arte, entonces sí tiene mucha dificultad, pero al final yo creo que se basa en la confianza. Ya me conocen y también es el proyecto, les gustó muchísimo. Les pareció que era una idea buena, una idea que podía ayudar a acercar el arte a las personas que quisieran convertirse en coleccionistas y también acercar al arte a todos los que tuvieran curiosidad. En este libro hay personas que tienen un sentido del arte muy profundo como puede ser Patricia Phelps Cisneros o el mismo Guillermo Kuitca… Está el lado más sagrado y el lado más profano del arte que son, por ejemplo, Marc Spliegler, director del art basel Miami y Hong Kong o el mismo presidente de la casa de subastas de Sotheby´s y te das cuenta que aquí están los dos lados, el lado sagrado y el lado profano del arte. ¿La gran dificultad de este libro? Conciliar los dos lados y que todo el mundo esté contento, que todo el mundo se sienta bien y que nadie se sienta herido en sus sensibilidades.
-       Es un mundillo muy hermético, para los que estamos fuera es como si entrásemos en una cueva oscura…
Es un mundo que hay que conocer pero ¿hermético? Claro, por eso también la idea de este libro, por hacer acercar y enamorar. He querido enamorar con el libro, a través del conocimiento porque siempre para amar algo hay que conocerlo, sea lo que sea. ¿Sabes qué pasa? Los propios profesionales del arte hablan del arte de una manera muy excesiva, muy pedante. Y me parece que eso no ha hecho bien. Yo creo que del arte hay que hablar de una manera muy sencilla. El arte si no sirve para acercar el hombre al hombre no es arte. Cuando hablamos de arte estamos hablando de emociones, de sentimientos.

-       Y sí descubrimos esa sencillez en tu libro…
Yo no entiendo la complicación al hablar de emociones, a la hora de hablar de sentimientos, no lo entiendo. No lo entiendo porque el lenguaje del arte es el lenguaje más humano que hay. Es el lenguaje de la supervivencia… Si una obra de arte, el David de Miguel Ángel, lo aprecia el hombre de hace 400 años, lo apreciamos nosotros, lo apreciará el hombre de dentro de 2000 años ¿y qué vamos a ver? Estamos hablando de un lenguaje muy esencial, muy humano. Creo que del arte hay que hablar de una forma muy sencilla. Hemos tenido conversaciones muy profundas con los artistas, pero todo muy fácil de leer y digerir.
-       ¿Son malos tiempos para el mundo del arte, para esa parte profana, el negocio?
Es un momento maravilloso. En toda la crisis mundial que hemos vivido el arte se ha mantenido muy estable, se ha mantenido ajeno a los vaivenes bursátiles.  Al arte le va muy bien desde hace mucho tiempo. En los últimos 10 años el arte se ha mantenido como un valor muy estable.

-       ¿Hay que tener un carácter especial para ser coleccionista y que muchas veces no te engañen cuando entras en este mundo, no te den gato por liebre? ¿hay que tener una sensibilidad especial o dejarte sólo bien aconsejar?
Yo creo que lo primero que tiene que hacer cualquier coleccionista, alguien que quiere coleccionar, no es ser licenciado en bellas artes, lo que hace falta es entrenar el ojo, ver ver, mirar mirar y descubrir algo que nos emocione. El arte siempre son emociones. El arte tiene que emocionar, conmover, tiene que hacerte sentir. Lo que te guste, lo que te emocione, con lo que disfrutes y a partir de ahí decidir lo que uno quiere coleccionar y por supuesto, cuanto más importante va a ser la colección, más importante es la labor del asesor, para equivocarse lo menos posible.

-       Hoy día ¿es más difícil llegar al público con todo lo ecléctico que es el arte contemporáneo? ¿se tiende a coleccionar más obras antiguas?
Pues depende de las personas. Hay personas que viven en estado de espera y personas que viven en estado de esperanza. Eso no tiene que ver con la edad. Decía en el “Ensayo sobre la Ceguera” Ortega y Gasset, que el arte contemporáneo es lo que está por llegar. Creo que no hay un perfil, son actitudes, formas de ser. Son gustos, lo que a uno realmente le emocione.
  -    Hombre, el arte contemporáneo tiene algo de mala fama en general…
Mala fama… Fíjate que el arte contemporáneo ahora mismo es lo que más se vende junto al arte moderno en el mercado del arte. Si me dices si disfruto con un Rembrant, ufff, tremendo, con un Velázquez… pero también disfruto mucho con el arte contemporáneo. Me sorprende mucho y además es una manera de estar atento a lo que viene, a las nuevas tendencias, a lo que está ocurriendo en el mundo de hoy… Siempre ha habido trasgresión en el arte dependiendo de los tiempos, es lo que lo hace evolucionar.

-       ¿Alguna anécdota o situación inédita que hayas vivido en una de esas tensas subastas de arte?
Tensas sobre todo, es tensa cuando tu tienes una pieza tuya que se está subastando y ves cómo van subiendo los millones (ríe nerviosa) ahí sí hay mucha tensión por la responsabilidad. Hacer una subasta bien tiene mucho detrás, hay muchos aspectos que son claves a la hora de hacer una buena subasta. Son meses de trabajo que están ahí, lo puedes hacer muy bien o lo puedes haber hecho muy mal pero cuando trabajas con buenos profesionales lo normal es que lo hagas muy bien. Pero así anécdotas simpáticas que te pueda contar… no sé…

-       Pensé que esas situaciones te podrían resultar de inspiración para que tu próximo libro sea una novela basada en el mundo del arte…
(Se escandaliza y bufa) Claro, anécdotas tengo… sí, de personas que viven tan apasionadas que a lo mejor mucha parte de su vida ha girado en torno a una obra, y llegan a enajenarse con algo que no es… Es salirse de uno mismo. A veces vivir con uno mismo es terrible, no porque uno sea mejor ni peor, sino porque uno se da cuenta que está solo. Entonces la soledad en la que vivimos todos, a veces hace que se enajene con una obra de arte… hombre claro, son tantas anécdotas. Pero mira, una cosa es escribir un ensayo y otra cosa es escribir una novela. Humildad. Yo no soy escritora, yo soy ensayista. Este es mi segundo ensayo, soy ensayista. ¿qué podría escribir una novela? Lo que pasa que soy presidenta de una compañía y no tengo tiempo (ríe). Yo creo que mi próximo libro tendrá que ver con el arte, ir al sentido más profundo todavía del arte. Vuelvo a escribir de las artes plásticas. Voy a hablar de emociones, de sentimientos, de humanidad…
-       ¿ves? Ahí casi estás rozando ya la novela… (se ríe)
Qué mona eres…