miércoles, 10 de septiembre de 2014

París, misterioso y desconocido

A todos (o casi todos) nos enamora la ciudad de la Luz, París. Sus calles, sus bulevares, parques y los márgenes del río Sena inspiraron historias de amor, pasión y miseria a tantos escritores de varios siglos (aún hoy) que encontraron en la capital francesa la cuna de un mundo cultural en ebullición. 

Sin embargo, lo que no es tan conocido es lo que la ciudad esconde tras esta cáscara de luz, belleza y nobleza. Falta sólo rascar un poco. Hace unos días con motivo del tráiler de esta película conocí de la existencia de las Catacumbas. Existen mapas documentados de una enmarañada red de pasajes subterráneos de diferente uso, que inspiran otro tipo de historias, relatos de suspense y miedo. 


El mito del inframundo, de lo oculto bajo la tierra es recurrente desde culturas ancestrales: egipcios, mayas... que cuentan con algo similar a la Catacumba como un lugar de paso al otro mundo -no terrenal- donde los muertos descienden a las sombras. Bueno, no descubro nada con eso (pregunten a Íker Jiménez). Sin embargo, me llama la atención que el ser humano contemporáneo con todo el conocimiento del que dispone siga sintiendo especial atracción, fascinación por el mundo de lo paranormal. ¿O es este concepto de lo paranormal lo hemos definido más recientemente? Creo que para el chamán maya o cualquier otro hechicero, no era paranormal sino de lo más normal y cotidiano en sus hábitos sociales asumir esta otra realidad. 

¿No sentís curiosidad por el tema? ¿Quién no conoce historias de este tipo? Hasta en mi ciudad, Córdoba, existen algunas leyendas de pasadizos subterráneos bajo al centro histórico de la ciudad, o unas catacumbas que existen entorno a la muralla de Cádiz... Con ese halo de misterio, podemos inspirarnos para escribir muchas historias, sólo falta ver quién se anima a hacer este viaje a lo desconocido. 




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